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Momentos felices por kilos

¿Cuántas veces has dicho en tu infancia te quiero muchos kilos?. Si pudiéramos pesar por kilos los momentos felices tendríamos inventariadas todas aquellas cosas que nos hacen felices y sabríamos abrir la despensa para buscar los ingredientes y elaborar la receta de una vida mejor. Como ha llegado el momento de los buenos propósitos, dejo aquí un inventario de momentos con los que seguro te reconoces para desearte lo mejor en este año nuevo que se acerca…

Quizás lo has leído antes porque circula como un mantra de muro en muro, pero seguro que tú puedes añadir algún momento más. ¿Te animas a compartirlo?

Enamorarse. Reírse hasta que te duela. Una ducha caliente. Nadie delante de tí en el supermercado. Una mirada. Recibir correo. Dar una vuelta en coche. Escuchar como llueve. Una llamada. La playa. Reírse de uno mismo. Las llamadas a media noche que duran horas. Los amigos. Un helado. Los viajes en coche con los colegas. El sexo. Tener un sueño bonito. La ilusión. Ganar un desafío. Coger de la mano a alguien que quieres. Oír las risas de tus amigos. Encontrarte por la calle con un viejo conocido y descubrir que algunas cosas (buenas o malas) no cambian nunca. Ver amanecer. Hacer un regalo. Que te besen. Despertarte y ver que aún te quedan horas para dormir. Escuchar de manera casual a alguien que dice algo bonito sobre tí. Superarse.

Eso es vivir

¡Me han premiado!

Liebster_Award

Pues sí, ha sido una sorpresa, me han concedido el Liebster Award, un premio simbólico que conceden los creadores de blogs que tienen menos de 200 seguidores con el objetivo de destacar la calidad de estos. Consiste en cumplir estas normas:

a) Nombrar y agradecer el premio a la persona o blog que te lo concedió.

b) Responder a las once preguntas que te hayan formulado

c) Conceder el premio a once blogs y proponerles once preguntas para responder.

d) Visitar los blogs que han sido premiados junto al tuyo.

e) Informar a los blogueros de su premio

He recibido el premio gracias a Beatriz Alonso Aranzábal autora del blog Cartas sin sellos. Desde aquí mi más profundo agradecimiento, es una suerte contar con una lectora como tú. Vamos con las respuestas a las preguntas de Beatriz:

1. ¿Recuerdas que al principio este tipo de sitio se llamaban bitácoras o llevas poco tiempo en esto?

Sí que lo recuerdo. Antes de escribir ya leía algunos.

2. ¿Crees que los blogs recuperarán su auge inicial o serán eliminados por agujeros negros tipo facebook?

No creo que sean eliminados, tienen su sitio y son complementarios con otras redes sociales. De todas formas no me dejo llevar por esas tendencias.

3. ¿Qué sentido tiene actualmente para ti mantener tu blog?

Para mí es un entretenimiento con el que aprendo a diario porque me apasiona la búsqueda

4. ¿Te has llevado alguna agradable sorpresa con tu blog?

Sí, esta. 😉

5. ¿Has tenido alguna mala experiencia con tu blog?

No, afortunadamente.

6. ¿Lees más que escribes, o al revés?

Leo más que escribo y escribo más que publico.

7. ¿Es importante para ti recibir visitas, comentarios, tener seguidores?

No estoy muy pendiente de los números. Me hace mucha ilusión recibir comentarios, compartir historias, tirar del ovillo y que la gente se exprese. Los comentarios me llegan de distintas formas: teléfono, whatsapp, correo electrónico, presenciales… No todo el mundo se atreve a escribir en el blog.

8. ¿Crees que merece la pena publicar microrrelatos en los blogs o sería mejor otro tipo de plataforma?

Sí es un formato adecuado. Creo que la ventaja del blog es su versatilidad.

9. ¿La soledad era el Facebook o el blog?

Ni uno ni otro necesariamente. Ser activo en las redes sociales no implica que no te relaciones de otros modos.

10. ¿Percibes cierto pesimismo en mis preguntas?

No, pero ya que lo dices… ¿No estarás pensando en dejar de escribir en el blog?

11. ¿Serás capaz de repartir este regalo «envenenado»?

Pues claro, es un honor recibirlo y contribuir a difundir los blogs, grandes y pequeños porque detrás de ellos hay gente generosa que ofrece su conocimiento y su tiempo gratuitamente para que los lectores los disfruten.

¡Que no se acaben!

Los once blogs a los que les entrego el premio son los siguientes:

Biblioteca Lázaro Galdiano

Descuaula

Escribir letras

Grafosfera

Gastropitecus Glotón

Generando lecturas

Huelvatecas

Info en orden

TSI-VIBES

Turiscopia

Turismo y género

Y ahora las preguntas para los premiados…
1.  ¿Publicas por placer o forma parte de tu trabajo?
2.  ¿Cómo seleccionas los contenidos?
3. ¿Te dejas llevar por la actualidad de los temas o buscas asuntos intemporales?
4.  ¿Escribes desde el ordenador o practicas la «movilidad»?
5.  ¿Dónde anotas las ideas y borradores?
6.  ¿Cómo publicitas los post?
7.  ¿Te tomas vacaciones en el blog?
8.  ¿Te gustaría convertir el blog en un libro?
9.  ¿Elaboras otros contenidos para luego difundir en el blog?
10. ¿Prefieres los blogs temáticos o los que reunen de todo un poco?
11. ¿Tienes otro blog?
Para todos las gracias por su generosidad y felicidades por el premio.

El maravilloso mundo del viaje en ascensor

El ascensor Aqua Dom en Alemania

Un acuario en el ascensor Aqua Dom en Alemania

Hay palabras y expresiones de uso corriente que te sorprenden el día que te paras a observarlas. Eso es lo que me ha pasado hoy al preguntarme por qué llamamos viaje al recorrido que hacemos a la segunda planta de un edificio. ¿Por qué usamos la misma palabra para hablar de un viaje a Singapur atravesando el mapa que un desplazamiento vertical de 20 metros?. Y he caído de las nubes al leer el artículo Los cien mil viajes de un ascensor y constatar que estas máquinas mueven cada día en vertical a 375 millones de pasajeros en 250 millones de viajes.

El viaje en ascensor es algo así como el tweet de los viajes en el que no faltan estaciones, pasajeros, encuentros, desencuentros, inicios y finales. La brevedad continua que convierte el portal del edificio en estación y nos condena a ser viajeros atrapados en un eterno regreso. Quizás por eso, ese escaso metro cuadrado es también un lugar para la experimentación porque en los minutos que dura el trayecto se encierran los más variados comportamientos humanos: los miedos,  la timidez y el comportamiento gregario que nos empuja a hacer lo que hacen los demás. ¿Os reconocéis en este vídeo?

El ascensor como metáfora del viaje que ofrece oportunidades ante las que tenemos que estar despiertos. ¿Qué pasaría si te encontraras en el ascensor con un posible inversor y quisieras venderle tu proyecto?. Esa es la idea en la que se basa una técnica utilizada en las escuelas de negocios denominada Elevator Pitch que consiste en condensar un mensaje que llame la atención de alguien en pocos minutos con objeto de conseguir una entrevista o reunión con esa persona para más adelante.

Es también un lugar para la lectura como la experiencia «Poemas de ascensor» que realiza la Biblioteca Pública de Huelva. En el lugar de trabajo dan mucho juego y se convierte en un lugar donde conocer gente y por qué no, hacer amistades, como sucede en este episodio de Camera Café. ¿O no?

Y si este corto trayecto se apodera de la palabra viaje, es lógico que aspire a ser gran protagonista y se convierta en un espectáculo en sí mismo, porque hay ascensores convertidos en atractivo turístico. Y si no te lo crees paséate por los 11 ascensores más interesantes del mundo que aparecen en el reportaje de World Geography.

No, no me olvido que para la mayoría de los mortales el ascensor es ese lugar para las conversaciones incómodas. Parece estar documentado que la primera conversación que hubo en un ascensor fue “Todo bien, señores. Todo bien.” y la pronunció en 1853 Elisha Otis en el recinto del Palacio de Cristal de Nueva York. Desde entontes, el ascensor es ese lugar para meteorólogos aficionados que constatan que está lloviendo, que hace más frío que el año pasado y que hacen predicciones que duran el largo camino hasta la sexta planta. Es una pena que los ascensores no tengan un mapa de isobaras como sugiere José Mota.

Claro, que si no queremos evitar estas situaciones debemos convencer a nuestra comunidad para que nos instalen el ascensor que inicia conversaciones. O podemos ejercer el noble oficio del deporte y utilizar las escaleras. Si fuéramos vecinos de los protagonistas de Descalzos por el parque, no tendríamos problema, ni necesitaríamos el  ascensor saludable que ha inventado Coca-Cola. Así que déjate de ascensores y ríe que la vida son dos días y uno lo pasamos en el ascensor.

Primeras lecturas en el restaurante

La conquista de un helado de nube y fresa

A la conquista de un helado de nube y fresa

Helena, que nació dibujando, se muestra perezosa e impaciente en el aprendizaje de la lectura. Pero no renuncia a la vida social en la que se comporta como una más entre adultos.  Podría decirse que ha aprendido a decidir y negociar antes que a leer. Opina sobre a qué restaurante ir porque le gustan sus platos y sabe esperar hasta llegar a la heladería que tiene helado de nube.

Pero la lectura se le impone en su comportamiento social, nota que la necesita para poder opinar. Me gusta observar cómo va descubriendo el mundo y me recuerda a mi en ese tiempo. Creo que mi afición a letreros y anuncios de la calle viene de ahí, porque mis primeras lecturas fueron los rótulos de los comercios que iba descubriendo al pasear mientras tiraban de mi porque me iba parando en la far-ma-cia, dro-gue-ría, pes-ca-de-ría… res-tau-raaaaaan-teeeeee. Lecturas hiperbreves interrumpidas por el paso acelerado. ¿Quién iba a pensar que la lectura no solo está en las cartillas y los libros?. Como si las calles no se leyeran.

Lecturas infantiles en la terraza del restaurante

Lecturas infantiles en la terraza del restaurante

Enfrentada a un amplio menú lleno de letras, para el que necesitaría una larga espera, comienza con el apartado de ensaladas que contiene una lista enumerada de todas las variedades posibles. Inicia muy atenta su lectura

En-sa

y aplicando el principio de adivinación, completa:

Ensaladas

Al llegar a la primera ensalada le cansaba la idea de tener que pasar el dedo por cada uno de los ingredientes, el precio, luego los primeros, segundos, postres, bebidas, vinos… y el «Gracias por visitarnos», así que tomó una decisión rápida que dejó a los demás comensales como lentos e indecisos:

¡Yo voy a pedir el primer capítulo!

En ese momento mi mente voló a los tiempos en que surgió la palabra capítulo vinculada a los monasterios, la lectura durante la comida en los refectorios, y a las innovaciones que introducen en la carta restaurantes como el Book de Oporto que ordena sus platos por capítulos. Quien quiera innovar que observe a un niño.

En realidad, leemos las cartas de los restaurantes como leemos los libros. Todo está conectado, esa es la magia de la cultura. Pero me sorprende que se mantenga ese esquema mental  en una nativa digital de cinco años.

Si los niños ya nacen turistas, paladean sus primeras papillas en los restaurantes y marcan las decisiones de los padres a la hora de elegir destinos en sus viajes, ¿Por qué no se les presta más atención en el diseño de espacios y servicios?. Me gustó ver en Ginebra, la ciudad de la lectura, que en los restaurantes siempre había un rinconcito con libros infantiles y material para dibujar, pero aquí no es frecuente.

¿Por qué no se hacen cartas diseñadas para niños que todavía no saben leer?. Los esfuerzos parecen estar centrados siempre en el diseño del menú infantil. ¿Ha pensado algún restaurante en hacer cartas para colorear los platos que el niño pueda llevarse?. Tal vez sería una forma de fidelizar a esos pequeños clientes porque, por si no lo sabíais, los niños tienen voto.

Y vosotros ¿Conocéis alguna experiencia interesante?. Animaos y comentadlas.

Rincón infantil en el restaurante

Rincón infantil en el restaurante

Todos los libros…

maleta

Arañadas tapas de un verde ajado, como el de un terciopelo muchas veces expuesto a la luz.
Tapas del color del tabaco.  Y el de los corales de las islas Filipinas.
Tapas del color de la luz del atardecer en Nueva Inglaterra -mis otros veranos-
Tapas con olor a cobalto, a moho dulce, a gusanos de seda, a madreselva, a coñac,  a tierra mojada.
Tapas estampadas en dos líneas en oro desvaido, en azul prusia, en blanco sucio de nieve.
Los libros de tapas de cartón forradas con telas y los libros de tapas flexibles para los dias de tren o playa.
Libros en miniatura (los poemas de Verlaine) y libros gigantescos (algunas novelas de Balzac).
Libros que podrian sujetar un edificio entero ( por lo que dicen o cómo lo dicen).
Ningun libro malo entre tantos libros

Mary Anne Clark Bremer.  «Una biblioteca de verano»

Yo añadiría a este canto de amor al libro, los libros que se comentan, los libros que se regalan, los libros que se dedican, los libros que se prestan, los libros que te encuentran, los libros que se comparten y los que se leen a cuatro ojos, porque no existen libros sin lectores, no hay conocimiento ni gozo si no se comparte.

Ahora, añade tú los tuyos…

  ¡Feliz Día del Libro!

Día de las librerías

El amor debe ser eso. Debe ser poder salir a comprar libros juntos, prestárselos, robárselos, compartírselos, leérselos al otro por fragmentos después del sexo, comentarlos, criticarlos. El amor debe ser muy parecido a poder construir una biblioteca juntos.

El 30 de noviembre se celebra el Día de las Librerías, una buena ocasión para salir a la calle y perderte en esos hogares de libros, dejar que las historias te llamen, ir al encuentro de conversaciones sobre la vida escondida entre las páginas, sentir cómo te atrapan las portadas perfectamente diseñadas para seducir, ver dónde se esconde el cuentacuentos…

¿Cuántas cosas podrías hacer en una librería?  ¿Cuántas podrías imaginar?. Quién sabe si alguna vez al comprar nuestro libro nos sorprende una mariposa, como en el cortometraje Papiroflexia de Beatriz Alonso Aranzábal, rodado en la librería Tres rosas amarillas de Madrid.

Entra y quítate el abrigo porque no lo necesitarás… ¡Los libros abrigan!

Dejo al suplente en el espejo

Elena Kalis. Underwater Alice

El que inventó las vacaciones sabía lo que hacía. Sí, porque llegamos hasta aquí exhaustos, acelerados, agobiados por esta crisis omnipresente que ha inundado nuestras conversaciones y convierte los sueños en pesadillas. Cada día hay más brujas arañando la mañana y la ciudad no deja de bostezar recordándonos que vivimos como pájaros enjaulados y ya se sabe, el pájaro enjaulado muere.

Así que amigo, amiga… no nos queda más remedio que tomar medidas y junto a ese superviaje que has planificado piensa si no quieres abandonar al antropófago que cada día va contigo, aquel con el que compartes cuerpo. Porque el tiempo de vacaciones es también para recuperar nuestro yo y pensarnos, dejando al suplente en el espejo.

Qué tal si nos lanzamos a la calle y disfrutamos de los paraisos cercanos, ataviados con los cinco sentidos, oyendo el murmullo de los mercados, disfrutando con la calidez de la luna o la ternura de un cuscurro de pan. Yo hago mías estas palabras de Serrat como un manifiesto de buenos propósitos. Os dejo a la suplente en el espejo, me propongo pasar por las cosas tocándolas y voy a hacer algo importante: perder el tiempo…

Si no os sabe mal claro…

¡FELICES VACACIONES!

Si no os sabe mal,

si puede ser,

me está carcomiendo la angustia …

de ir a dar una vuelta por las calles

ataviado con los cinco sentidos.

Os dejo el suplente en el espejo

y el patrimonio en préstamo,

que tengo que salir urgentemente

si no os sabe mal.

Si no os sabe mal,

si puede ser,

tomaré

los perfumes de este chaparrón de otoño,

del ciego, la punta de los dedos

y del pan caliente, un cuscurro.

Del brote nuevo, lo que será,

y del sexo su último aliento

y la claridad de la luna…

si puede ser.

Esta puta sensación de llegar siempre tarde,

de pasar por las cosas sin tocarlas,

de perder el tiempo tratando

de hacer algo importante …

Antes de que el suplente grite…

… «Sálvese quien pueda» …

Me he prometido con la vida.

¡Vivan los novios!

Vamos a averiguar lo que se conspira por ahí,

y lo que suspira el recodo del río,

y lo que se cuchichea por los mercados,

y lo que el diario no dice.

Si hay que vivir y hay que morir,

quisiera hacerlo en mi nombre

por respeto a la especie …

Si no os sabe mal.

Librería y hogar fuera del hogar


George y Sylvia

¿Te vienes a París? No necesitas mucho, solo ganas de pasear, una lista de libros leídos y por leer y una maleta llena de palabras de todos los idiomas para derrocharlas durante horas a lo largo de la noche con lectores, viajeros y poetas. Tampoco hace falta que reserves habitación en un hotel. Trazaremos las calles de la ciudad a golpe de página y buscaremos las huellas de la cultura de España y Latinoamérica recorriendo las rutas del Instituto Cervantes en París, donde encontraremos a Balenciaga, Buñuel , Vargas Llosa, algún idealista de la Revolución Francesa y a algún liberador del París de la II Guerra Mundial.

Pierre Bourru J. Les bouquinistes

Y curiosearemos por los bouquinistes o pequeñas librerías de viejo del Sena. Con la puesta de sol, antes de que asomen las farolas, recalaremos en la Rue de La boucherie, en un edificio de 1611 que albergó al fraile que al atardecer se ocupaba del encendido de las luces de la ciudad.

Hoy este edificio, con unas ventanas que ofrecen una maravillosa vista de Notre Dame, está ocupado por la fascinante librería Shakespeare & Company.  una «fábrica» de historias en la que no solamente se venden libros. Puede decirse que tiene funciones de biblioteca porque todos los volúmenes pueden ser leídos, incluso llevados a la pequeña plaza que se encuentra enfrente. La confianza es la consigna. Es también un hospedaje para viajeros con pasión literaria. La librería está repleta de camas que durante el día suelen alojar libros, o al gato negro que deambula por la arquitectura doméstica de sofás, mesas y estantes. Durante la noche, la librería ofrece sus camas a cualquiera que necesite descansar. Para quedarse, es suficiente con comprometerse a trabajar dos horas al día. De cada viajero que aloja, se espera que antes de irse escriba una autobiografía y refleje los textos que ha escrito en la librería.

Imposible encontrar un hueco

Este paraíso, que contrasta con el espíritu comercial de otras librerías, nació en 1950, cuando la zona donde se encuentra, era un barrio bajo, con artistas callejeros y hoteles de mala muerte. Su creador es el bostoniano George Whitman, que acaba de fallecer. Pero los orígenes de su emblemático nombre datan de 1919, cuando Sylvia Beach, librera y editora de origen norteamericano, fundó en la Rue de l´Odeon lo que llamaba su hogar lejos del hogar. Durante más de veinte años funcionó como lugar de encuentro, oficina de correos, agencia de cambio de moneda, biblioteca, editorial, pensión, y salón de lectura. Y fue allí donde se publicó por primera vez el Ulyses de Joyce, esa obra que los ingleses consideraban obscena.

Escribir en Shakespeare and Co.

Durante la II Guerra Mundial fue confiscada como represalia ante la negativa de Sylvia a vender un libro a un oficial alemán. Cuando los aliados liberaron París, quién “liberó” la librería fue nada menos que Heminway. Sin embargo, nunca más se reabrió hasta que George Whitman decidió bautizar su librería situada en la rivière gauche del Sena, con el nombre Shakespeare & Co.

Hoy la librería,  regentada por la hija de George, a la que muchos denominan la nueva Sylvia Beach, se ha convertido en lugar de paso de turistas y escenario de películas como Midnight in Paris o Antes del atardecer.

Pero no olvidemos que aquí los auténticos protagonistas son los libros como ha recogido el cortometraje de animación Mourir auprès de toi realizado por Spike Jonze que toma como escenario las estanterías llenas de libros. En la soledad de la noche, despiertan los personajes que habitan las portadas de los libros. Allí cobran vida en forma de siluetas de fieltro creadas por la diseñadora Olympia Le-Tan para narrar la historia de amor entre Mina, la novia de Drácula, y el pobre esqueleto de Macbeth imposibilitado para responder a la invitación de la amada.

Mina escapa de la cubierta de Drácula

Serán testigos de este amor los libros que comparten estante: Bajo el volcán de Malcolm Lowry, Gattopardo de Lampedusa, Le grand horloger de Boris Vian, Sartoris de William Faulkner… y por supuesto Moby Dick  de Herman Melville que cobrará vida para acoger en su vientre a estos enamorados, porque nada hay imposible si de amor se trata.

Por todo ello, si eres amante de los libros, las historias… y viajas a París no dejes de incluir en tu ruta, junto al Louvre, la torre Eiffel o Notre Dame, una visita a esta librería que ya es patrimonio de todos los viajeros. Quizás tras el viaje, la inspiración te lleve hasta un cuaderno para escribir palabras como éstas:

Para los amantes de los libros, para los buscadores de historias, para los dichosos de la libertad,  esa librería siempre representará un refugio, un lugar donde se será bien recibido vengas de donde vengas, vayas hacia donde vayas, cualquiera que sea tu destino.  Un lugar de una y muchas historias.  La mía fue una de ellas.  Si pasan por París, busquen la suya en este lugar que les estará esperando.

Lo que me gusta(ría) desearos

Cómo no caer en la tentación en estas fechas de hacer el inventario de lo que nos gusta y no nos gusta para atraer todo lo que nos hace felices. Un inventario para regalar en forma de deseos para el año que viene. Así que mira a tu alrededor y dime si no te gustaría…

Soñar y sentir que te elevas con el simple goce estético, viajar sobrevolando la ciudad para ver, desde el balanceo, las historias de la gente que bulle de un lado a otro.

Sentir cómo te conmueve una canción que se escapa por la radio del coche y correr a buscarla y dedicarla a quién la está esperando.

Vivir una experiencia hoy para mañana tener un recuerdo feliz del pasado.

Leer un poema cada día

Saber decir “me acordé de ti” en el momento oportuno.

Jugar con las palabras como si fueran piezas de un puzle.

Leer y escoger el fragmento justo para expresar lo que sentimos con palabras escritas por otros.

Colarte en la piel del protagonista de la película

Perderse en la pequeñez de una librería llena de historias por descubrir

Hablar y hablar mientras nos conocemos.

Percibir el perfume a té verde

Preparar lentamente una comida para la gente que queremos

Relajarte con el ronroneo placentero de la rutina.

Son pequeños placeres para los que tenemos que estar despiertos, receptivos a lo que nos hace felices y dispuestos a disfrutar de lo que nos gusta, alejando lo que nos hace daño, como si lloviera en un paisaje lejano que se ve pequeño desde nuestra ventana.

Todo eso y más es lo que yo os deseo para este 2012

Fotografía

Encontré el Otoño en Granada

Gianni Berengo Gardin

Parece que por fín se decide a entrar este Otoño que llegó disfrazado de primavera. Lo he encontrado en las noches de Granada, en el frío de los dedos asomando en las sandalias, en la cara gustosamente helada al caminar y en la primera manta para dormir. Curioso contraste con el día caluroso que deja sin poesía los puestos de castañas en las calles, languideciendo mientras esperan a que bajen las temperaturas para abrir el frasco de perfume de brasas por las aceras. Entonces será cuando podamos ver derrotado al verano que huye.

De vuelta, adormecidos en el coche,

el verano tenía

la calidad abstracta del sueño de los otros.

Si las velas contienen

los momentos finales del crepúsculo,

si un animal inmenso se deshace

en las gentes de fuego de las playas

y los rompientes cumplen

el amargo papel de signo adverso,

todo aquello que huía con nosotros,

en el orden juicioso y familiar

de los veranos, de repente

nos desplazó del mundo

y en los ojos de extraños

se fundó su memoria.

Luis Muñoz. El verano que huye, 1991