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Un viaje por Andalucía para jugar con las palabras

Venta de caracoles en las calles de Sevilla

Venta de caracoles en las calles de Sevilla

Que nadie piense viendo estas fotos que las cabrillas son cabras pequeñas, ni que en Andalucía comerciamos con esclavas. Simplemente disfrutamos de un idioma tan rico que nos permitimos jugar con las palabras. Sería un buen método aprender el idioma en las calles, ver los escaparates, leer los rótulos y carteles de vendedores ambulantes y escuchar furtivamente las conversaciones de la gente. Fotografiar los gestos de los españoles y jugar a adivinar de qué están hablando.

De este modo descubriríamos el viaje que realizan las palabras en el tiempo y en el espacio y aprenderíamos que con la mezcla y la calle las palabras están más vivas.

Venta de pulseras en un comercio sevillano

 Me gusta imaginar cómo entenderán las palabras los recién iniciados en nuestro idioma. Si un inglés ha aprendido que las medias son unas prendas femeninas que cubren las piernas, qué piensan cuando en la barra del bar oyen decir: «¡Dos cafés y dos medias con jamón!». Los bares y los comercios son «templos del idioma». Pero esa riqueza también complica el aprendizaje de nuestra lengua.

¡Qué difícil es hablar en español» dicen estos guiris que se han atrevido a viajar por todos los países hispanohablantes para aprender el idioma. ¡Menudo reto!. Escuchad la canción de Inténtalo Carito, un dúo colombiano formado por los hermanos Ospina que cantan canciones inspiradas en la cotidianeidad con un gran toque de humor. ¿Aprender inglés?. Lo difícil es aprender español.

No es lo mismo «te amo» que «tu amo»

Si Eva hubiera escrito el Génesis ¿cómo sería la primera noche de amor del género humano?. Eduardo Galeano

Me gusta el cartel ganador del concurso para la concienciación de los jóvenes  contra la violencia a las mujeres que convoca  la delegación de la Mujer del Ayuntamiento de Sevilla y que podemos ver en las calles, suspendidos de farolas y llamando nuestra atención desde los quioscos de prensa.

El cartel recoge la ilustración ganadora, del Instituto Diamantino García Acosta,  que representa a una mujer atada con una correa, con los ojos vendados y una cremallera en la boca. El mensaje se refuerza con el  eslogan ganador del Instituto Santa Aurelia: te amo no es igual a tu amo. Un mensaje breve pero impactante. No hace falta más para expresar el rechazo a los hombres que atan, silencian e impiden a las mujeres vivir una vida en libertad.

Y me gusta este texto de Eduardo Galeano que valdría para explicar cómo empezó todo:

En épocas remotas, las mujeres se sentaban en la proa de la canoa y los hombres en la popa. Eran las mujeres quienes cazaban y pescaban. Ellas salían de las aldeas y volvían cuando podían o querían. Los hombres montaban las chozas, preparaban la comida, mantenían encendidas las fogatas contra el frío, cuidaban a los hijos y curtían las pieles de abrigo.

Así era la vida entre los indios onas y los yaganes, en la Tierra del Fuego, hasta que un día los hombres mataron a todas las mujeres y se pusieron las máscaras que las mujeres habían inventado para darles terror.

Solamente las niñas recién nacidas se salvaron del exterminio. Mientras ellas crecían, los asesinos les decían y les repetían que servir a los hombres era su destino. Ellas lo creyeron. También lo creyeron sus hijas y las hijas de sus hijas.

Jorge Galeano. Autoridad

Os invito a ver esta charla de Eduardo Galeano sobre las mujeres. Merece la pena dedicar un tiempo a la reflexión en el Día Internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer