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Palabras de un poeta universal

…Que todos los hombres sepan

Tal día como hoy o quizás como ayer, según las versiones, moría Federico García Lorca. Después de 75 años, quedan puntos oscuros sobre las razones de su muerte, pero de lo que no hay duda es de que está más vivo que nunca porque su figura y su obra son un símbolo universal.

De entre todas sus palabras, a modo de homenaje, quiero recuperar el texto de una locución que el poeta dio en Fuente de Vaqueros en Septiembre de 1931 con motivo de la inauguración de la biblioteca. Ahora cuando pensamos que el hambre es cosa de otros, ahora que creemos que estamos informados porque estamos saturados de información, ahora que las bibliotecas sufren la crisis a golpe de recorte presupuestario y cierre, ahora más que nunca hacen  falta palabras como estas.

Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí. ‘Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre’, piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía. Ésta es la melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión.

Por eso no tengo nunca un libro, porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y contento de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada.

No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.

Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros?

¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: ‘amor, amor’, y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: ‘¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!’. Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida.

Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: ‘Cultura’. Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz.

«Medio pan y un libro»

Locución de Federico García Lorca al pueblo de Fuente de Vaqueros, Granada. Septiembre 1931

Mil y una marcas para Federico

El próximo día 5 de junio, se conmemora el aniversario del nacimiento de Federico García Lorca. Una fiesta que se inició en 1976, como un canto a la libertad, y se convirtió en todo un ritual en Fuentevaqueros, su pueblo natal. Un día repleto de actos culturales y lúdicos, que tras el tradicional «5 a las 5» organizado por la Casa Natal del poeta, culminaba con grandes conciertos al aire libre, hasta la madrugada. Pero hoy no queremos hablaros de su dimensión literaria, ni de la casa museo, ni de la Fundación, ni del Centro de Estudios Lorquianos, ni siquiera de la ruta turística que se inició en marzo de 2007. Os proponemos una lectura particular de la presencia y repercusión de los escritores, en la vida cotidiana.

García Lorca, pasó del anonimato durante cuarenta años, a convertirse en un referente, de nuestra historia y nuestra cultura en el exterior. Numerosos estudios sobre su vida y obra, continuas ediciones de sus poemas y obras de teatro, representaciones incluso en japonés, reinterpretaciones desde los más variados estilos. Pero además, su “nombre” se ha convertido en una impronta que no necesita de presentaciones.

Los estudiantes “erasmus”, o turistas idiomáticos de nuestras universidades, acuden a las bibliotecas granadinas, balbuceando un torpe español con la escueta pregunta dirigida al personal: ¿Lorca?. Y no hace falta más, un experimentado profesional sabrá que se trata de otro soñador que llega a Granada buscando al poeta y que lo mezclará con su visión romántica de la Alhambra y sus noches de juerga.

Pero ¿qué diría el poeta si supiera que le da nombre a una autoescuela, una pastelería o una clínica dental? ¿Qué pensaría al oír al profesor de matemáticas plantear un problema sobre las permutaciones de la palabra “Lorca”?

Si buscamos en los callejeros de nuestras ciudades y pueblos, podemos observar que son innumerables las calles que reciben su nombre y compensan los años de olvido. Además, es el nombre que reciben muchos establecimientos. Utilizando una fuente de información tan usual y poco literaria como las Páginas Amarillas podemos encontrar: colegios, institutos, coros, comunidades de propietarios, autoescuelas, restaurantes, teatros , casas-museos, y hasta un aeropuerto, que en 2006 decide cambiar su denominación con el objetivo de situar a Granada y Jaén  en los circuitos turisticos internacionales.

Sí, una vez más, podemos decir que hemos creado una “marca”.  Probemos entonces a buscar en la base de datos de la Oficina de Patentes y Marcas, donde podremos delimitar incluso por nombres comerciales y rótulos de establecimientos.

Pero si de marcas comercializadas y registradas hablamos, nadie mejor que Alberti y Picasso, para servir de ejemplo. En 1997, María Asunción Mateo formó una sociedad limitada a la que llamó, El Alba del Alhelí, para controlar la obra y derechos de Rafael Alberti. Un año después, la viuda del poeta, registraría el nombre “Rafael Alberti” como marca comercial, cuya explotación —que puede tener forma de libros, llaveros, tazas… o lo que sea— beneficia a la sociedad.

La palma se la lleva Picasso, que tiene hasta un coche en el mercado y una página web que detalla los derechos de la Sucesión Picasso y deja muy clarito que está terminantemente prohibido utilizar el nombre para usarlo como marca. ¿Conocerán los dueños del Xara Picasso a las Señoritas de Avignon?.

Cualquier coche será válido para visitar Granada, acompañado con los ojos y las palabras de Federico

Granada es apta para el sueño y el ensueño

una ciudad para la contemplación y la fantasía

Por todas partes limita con lo inefable

¿Quién penetra esta intimidad?