En julio, durante más de tres semanas, contamos con un evento deportivo de primer orden, el Tour de Francia, la prueba de ciclismo en ruta por etapas más prestigiosa a nivel internacional, que nos permite hacer turismo por la geografía francesa, gracias al seguimiento televisivo.
Su origen, relacionado con el mundo de la información, se remonta a 1894 cuando Francia vive conmocionada por el Caso Dreyfus, por el que un capitán del ejército, de origen judío, es acusado de estar pasando documentación a Alemania. Tras un sospechoso juicio, Alfred Dreyfus es degradado y enviado a la Guayana Francesa. A favor del capitán, Emile Zola escribe en el periódico L’Aurore, su alegato “Yo acuso”, que le llevó al exilio. A partir de entonces, entre 1894 y 1914, se establece un debate que divide a la población francesa en “dreyfusistas y antidreyfusistas”.
La hostilidad entre unos y otros es tal, que el dreyfusista Pierre Giffard, director del periódico deportivo Le Vélo, se negó a aceptar en sus páginas la publicidad de empresas y personalidades antidreyfusistas, como la del Conde Albert de Dion de Malfiance, fabricante de automóviles. Como represalia, éste funda en 1900 su propio diario deportivo, L’Auto-Vélo, que tuvo que cambiar de nombre por el L’Auto, tras perder un juicio por plagio contra Giffard. Desde 1945, pasa a denominarse L’Equipe, todavía en circulación.
El periódico, estaba al mando del ex-ciclista Henri Desgrange, quien fichó a Géo Lefèvre, uno de los talentos de la competencia, al que le encargó que pensara en alguna competición que desbancase a las organizadas por Giffard y Le Vélo. Dice la leyenda, que el 20 de noviembre de 1902, Lefévre, improvisó: «Pourquoi pas un Tour de France?«. Surgió así un acontecimiento deportivo, preparado para aumentar la venta del periódico. Y se eligió el mes de julio, porque era cuando apenas circulaban noticias y las publicaciones reducían su volumen de ventas e ingresos.
Como estaba previsto, el evento supuso un gran éxito para el periódico, cuya tirada pasó de 25.000 ejemplares a 65.000. Éste es uno de tantos ejemplos, en los que la prensa ha influido en la creación y organización de competiciones deportivas, especialmente dentro del ciclismo. Siguiendo el modelo francés surgió El Giro de Italia en 1908 bajo la iniciativa de la Gazzetta dello Sport, que “robó” la idea a `Il Corriere della Sera´. En España, La Vuelta Ciclista a España, que se remonta a 1935, está vinculada al diario de información general `Informaciones´. Todas las carreras fueron concebidas como una actividad que fomentase la circulación del diario y generase un repertorio de informaciones en exclusividad que suponían importantes ingresos por publicidad. Por ello se cuida hasta el más mínimo detalle como el color de la camiseta del líder de la carrera y que tiene su origen en los colores de los periódicos que han creado los eventos, convirtiéndose así en una especie de publicidad subliminal. El maillot amarillo, responde al color de “L´Equipe” y la maglia rosa obedece a la tonalidad rosa de “La Gazzetta dello Sport” que, todavía hoy, es su seña de identidad.
Hoy, a esas motivaciones se suma el atractivo turístico que supone el recorrido y que atrae a miles de visitantes. Por eso, su página web podemos «leerla» como una guía de viaje. El mapa de ruta va detallando en cada etapa las ciudades más importantes, invitándonos a conocerlas. Desde Rotterdam a París, pasando por Épernay y Bordeaux, el recorrido puede hacerse en clave deportiva y turística. Interesantes videos promocionales hacen el resto, como este que podéis ver de la ciudad de inicio y que provocan unas tremendas ganas de viajar. ¡Feliz viaje, aunque solo sea televisivo¡
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